Por
Darío Cortés.
Creada
por Charlie Brooker en Gran Bretaña y emitida internacionalmente por
Netflix, la serie antológica de ciencia ficción aborda los conflictos humanos
en el marco de las nuevas tecnologías y la inminencia del futuro.
“Comienzo
a pensar que en la ciencia ficción
se
narra la destrucción de algo”
Crónicas
marcianas, Ray Bradbury.
La fórmula del drama del hombre moderno desde la óptica de
esta ficción está compuesta por el avance tecnológico, los sucesos extraños y
escalofriantes, la adicción a las pantallas e internet, el cruel avance del
tiempo y el futuro puestos a prueba en historias de una hora de duración o más
(casi un telefilm por capítulo o formato unitario). No cabe duda que todos los
componentes están dando tanto éxito a la serie que ya generó tendencia y abrió
el juego para nuevas producciones de tv y películas de ciencia ficción.
Tal vez se trate de una propuesta que supo instalar desde
el 2012 un género que estaba diluyéndose y puso en foco y en la mira el gran
drama de esta época a través de interpelar al espectador con preguntas
incisivas: ¿Cómo seguirán cambiando las formas de comunicarse, sentir, amar y
vivir en un futuro cada vez más acuciante de avances y dependencia tecnológicas?
¿Qué pasa en un mundo en donde las identidades y las relaciones humanas pierden
la realidad de las emociones cara a cara y aparecen mediatizadas no solo por la
voracidad del dinero y el poder –la pesadilla según Georg Simmel- sino también
por el mundo virtual de las pantallas, las imágenes, las redes sociales, las
aplicaciones y los celulares sofisticados (la pesadilla también de Orwell, de
Bradbury, de Dick o de Clarke)? El viejo dilema ético de la ciencia martillo que
ya anticipara Mary Shelley en Frankenstein:
¿el saber - poder científico está al servicio del bienestar humano o de su
destrucción?
Transitando estos interrogantes la serie que comenzó propiamente
como un telefilm ganó un premio Emmy Internacional en esta categoría en 2012. A
partir de este galardón y el reconocimiento de la industria internacional se
fueron ampliando los episodios en cada temporada y en 2015 Netflix absorbió el
proyecto y se hizo cargo de sumar más capítulos hasta llegar a la cuarta
temporada lanzada a finales del 2017 y que sigue fascinando, molestando y
perturbando a los espectadores por partes iguales.
Charly Brooker declaró en una entrevista para el
periódico The Guardian en diciembre
de 2012: “Si la tecnología está siendo considerada como una droga que
afecta a casi toda la población mundial y se siente como tal, entonces ¿cuáles
serán los efectos secundarios en unos
años? Esa hipótesis merodea en cada capítulo. Esa zona, entre el placer y el
malestar incierto producido por la dependencia tecnológica y la tecno-paranoia
en un tiempo futuro, es donde la
serie se ubica. El espejo negro del título es el objeto que cada vez más
frecuentemente nos encontramos frente a
nuestros ojos. En cada pared, en cada escritorio, en la palma de cada mano, la
pantalla fría y brillante de un televisor, un monitor, un smart phone
está invadiendo nuestro tiempo. En la calle se puede ver… ese espejo negro
domina cada vez más nuestras conductas. ”
Amazon Series produjo recientemente una fallida adaptación
de relatos del brillante autor Philip Dick llamada Electric dreams buscando así una competencia por el primer puesto
que parece ocupar solo Black Mirror. Uno de los autores más destacados por la originalidad
de sus obras en ciencia ficción no fue bien adaptado a la tv con historias como:
¿Sueñan los androides con ovejas
eléctricas? (1968) – historia que también inspiró a la
película Blade Runner
(1982) –, Tiempo de Marte (1964), La transmigración de Timothy Archer (1982),
entre otras.
En el sentido, la propuesta de Brooker y Netflix es directa y no anda con vueltas pretenciosas.
El comunicado que publicó Endemol (primera productora de la serie) menciona: “Black Mirror está inspirada en Relatos de lo Inesperado y La Dimensión Desconocida, en autores
clásicos de ciencia ficción y se nutre del malestar contemporáneo que amenaza y
enferma al mundo moderno. El equipo de guionistas es excelente, la dirección del
casting también y cada actor interpretar
el papel adecuado”. Es decir, los dueños de la serie saben que no están creando
nada nuevo. Saben que existe antes que ellos Philip Dick, Ray Bradbury y Stephen
King que el día del lanzamiento tuiteó: “No puedo dejar de ver Black Mirror”
(si, es impresionante, el mismísimo King es fan).
Tal es el fenómeno generado por la serie que Jodie Foster pidió dirigir (“Arcángel”,
temporada 4) y fascinó a Robert Downey Jr (“Toda tu historia”, temporada 3) al punto de que compró los derechos para
producir un guión cinematográfico. A su vez, Jon Hamm (el actor protagonista de
Mad Men) le pidió a su representante
que llame a Brooke para actuar (“Blanca
navidad”, temporada 4) y lo propio hizo
Rupert Everett (“15 millones de meritos”, temporada 2:). Por su parte, la
ascendente actriz Bryce Dallas Howard se destaca en una brillante composición de
una mujer adicta a las redes sociales donde todo lo que hace está regido por
los likes que obtiene o no con sus publicaciones (“Caída en picada”, temporada
3), que perturba poderosamente por su juego de claroscuros dramáticos.
Evidentemente la serie Black Mirror se convirtió en un fenómeno contemporáneo y supo proponer
un giro en el género. En internet se encuentran fanáticos y detractores pero es
indudable su mérito creativo y la creciente fascinación que suman adherentes tal vez porque da cuenta del Zeitgeist de
relaciones problemáticas con los nuevos y adictivos juguetes tecno.
Lucrecia Martel o Pedro Almodóvar se oponen a las
plataformas de series y films on line y no ofrecen algunas de sus películas en
esos sitios, así como algunos periodistas señalan que existen síndromes consumistas
y enfermos en estos hábitos que son fomentados por las mismas plataformas. Particularmente
no creo que el género vaya en relación con la calidad de las producciones ni
que las series sean el nuevo opio de los pueblos. Aun aquellas filmadas con
escasos recursos o con iphones debieran tener su oportunidad en el campo
artístico.
En ese sentido Black
Mirror constituye una serie ejemplar y conforma una parábola retorcida en tiempos oscuros
y neoliberales donde las redes sociales influyen en las mentes y los corazones de
las personas y puede ser considerada como una atinada metáfora apocalíptica de
la humanidad.
Aquí una lista de capítulos recomendados por este blog:
TOP
TEN BLACK MIRROR
1) Blanca
navidad (Temporada 4, episodio 2): dos hombres en una cabaña remota. Afuera sólo
hay nieve. Es navidad. Buen momento para decir la verdad.
2) El
himno nacional (Temporada 1, episodio 1): el primer ministro es obligado a
tener sexo con un cerdo adiestrado y es filmado por cámaras transmitiendo en
vivo para todo el mundo.
3) Caída
en picada (Temporada 3, episodio 1): la vida de una mujer depende del status en
las redes sociales y cada movimiento que realiza está legislado por sus
calificaciones en las aplicaciones.
4) Crocodile (Temporada 4, episodio 3): en un futuro donde es posible capturar los recuerdos de algo vivido a través de una pantalla y grabar esto en un disco rígido, una investigadora de seguros rastrea un accidente y se cruza con una arquitecta que guarda un secreto.
5) Hang
the Dj (Temporada 4, episodio 4): dos jóvenes se conocen a través de una aplicación
para citas que sugiere el tiempo que esa relación va a durar.
6) Vuelvo enseguida (Temporada 2, episodio 1): al descubrir un servicio que permite interactuar con alguien ya fallecido, Martha tiene la esperanza de reencontrarse con su novio.
7) Toda
tu historia (Temporada 1, episodio 3): los seres humanos de este futuro no tan
lejano, llevan un implante que sirve para registrar todo lo que ven y hacen. Así
los recuerdos se vuelven una película que queda grabada en la mente y cada
detalle es una condena.
8)15 millones de méritos (Temporada 1, episodio 2): en una sociedad segregada que se alimenta de competencias y telebasura una chica deberá ganarse a los jueces de un reality para ganar su libertad.
8)15 millones de méritos (Temporada 1, episodio 2): en una sociedad segregada que se alimenta de competencias y telebasura una chica deberá ganarse a los jueces de un reality para ganar su libertad.
9) Arcángel (Temporada 4, episodio 2): un localizador de última generación parece la solución perfecta para la tranquilidad de una madre soltera, hasta que descubre que el programa tiene oscuras aplicaciones involuntarias.
10) Sanjunípero (Temporada 3, episodio 4): en un pueblo costero en 1987, dos chicas sienten una conexión instantánea que parece desafiar las leyes del tiempo y del espacio.
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