Por Darío Cortés.
El multifacético
artista catalán Albert Pla junto a los performáticos argentinos Mondongo
presentan MIEDO en el Teatro Regio (Complejo Teatral de Buenos Aires)
recurriendo a la música, canciones, textos teatrales y tecnologías para crear
un espectáculo multimedia de poética sorprendente, entrañable y con un alto
sentido del humor (negro).
“A
lo mejor todo lo que nos ocurre en la vida
no es más que una larga preparación para
abandonarla, sin miedo”,
El mar, novela de John
Banville.
Entra a escena un hombre vestido con una túnica y botas de lluvia. No sabemos si inicia un viaje de muerte o de vida. Atravesando una selva oscura y a bordo de una humilde barca se conduce por el lago, llega al Infierno y luego al Purgatorio. El sonido, la iluminación y la puesta multimedia en general introducen al espectador a un mundo de miedos dominados por un fantasma recurrente: una niña viste una prenda con una capucha de color rojo. Según los hits del terror tanto en literatura como en cine, desde Poe o Lovecraft hasta Stephen King, cuando aparece un niño o una niña rubia con la cara medio oculta y comienza una cuenta regresiva en voz alta es una señal de que el miedo entra en acción. El hombre se prepara para la tormenta, para el viaje, para su muerte o para una visita a su propia vida. No es un recorrido inocente, los saltos conducirán en una hora veinte minutos de espectáculo a las pesadillas más recurrentes de su existencia.
Es fascinante la obsesión de los artistas por el mundo
desconocido de la muerte, desde Dante Alighieri y La Divina Comedia (1307) pasando por
Fernando Pessoa y su Libro del desasosiego (1982) donde menciona: “En lo que nace también late
lo que ha de morir”. Hasta los tiempos presentes el artista o escritor necesitó y
necesita hablar del miedo a la muerte y el terror de estar vivos para al menos
conseguir una suerte de liberación en la muerte, porque como sostienen el
personaje de Albert Pla en MIEDO: “Ahora ya no me importa ni la enfermedad, nada me
duele porque me morí. Desde que se que estoy muerto, ya nunca me pongo enfermo”.
¿El espectáculo es una comedia musical? No. ¿Es un
concierto? No. ¿Es una performance multimedia para provocar estímulos? No. Lo que logran MIEDO es todo eso
remixado y una fórmula que tiene mucho más que todo eso. No es una comedia
musical porque las canciones no forman un todo ni un cuadro musical en sí mismo,
ni tampoco hay un despliegue de baile de estilos y ampulosidades. Las canciones
acompañan a relatar eso de lo que quiere hablar Pla y las interacciones visuales
y las acciones del actor sólo en escena ya no alcanzan: ahí aparece la palabra
cantada, casi por necesidad dentro del exorcismo escénico del pánico. En una
sucesión de textos que no buscan un estilo estrictamente musical, sino acompañar
la aparente soledad que plantea la obra por la angustia de estar vivo. Pla canta los
miedos del personaje desde la infancia, pasando por la adolescencia hasta la
adultez. Miedos más, miedos menos son casi siempre los mismos. “Las canciones se van desgranando como una
manera de espantar o enfrentar los propios miedos. Y finalmente la catarsis de
la risa, de la liberación” se menciona en el programa de mano.
La palabra catarsis fue descrita por Aristóteles en Poética en la definición de tragedia como purificación emocional, mental, corporal y espiritual. A través de la experiencia de la piedad y el temor los espectadores experimentarían la purificación del alma de esas pasiones. Es decir que para Aristóteles la catarsis es la facultad de la tragedia de redimir al espectador de sus bajas pasiones. Y si relacionamos los clásicos conceptos utilizados por el arte dramático para definir este espectáculo es posible mencionar otra idea fundamental: mímesis. Como sostiene Erich Auerbach: “Aristóteles utiliza, para denominar la imitación de la naturaleza, la experiencia de la vida como fin esencial del arte. El ejercicio mimético obliga el uso de rasgos representativos, para dar cuenta de un parecido o semejanza a la vida, a través de una analogía”. Y al mencionar a Aristóteles es posible nombrar el Segundo Libro de la Poética, el libro que se considera perdido del estagirita y que trataba sobre la comedia. Aquel que según la hipótesis de Umberto Eco en El nombre de la rosa (1980) versaba sobre el papel de la risa y del papel subversivo de la risa en la lucha contra el poder. Porque el poder se asienta sobre los miedos y la risa libera al aldeano del miedo al diablo.
El viaje que propone Albert Pla enaltece estos conceptos o
ideas y los lleva al paroxismo y naturalmente con humor. También hay lugar para
burlarse del arte conceptual y lo más interesante es que la instalación teatral sucede dentro de un
dispositivo multimedia que si bien es bello y complementa perfecto con lo que
propone el espectáculo no tiene pretensiones ciegas, sino llegar al público a
través de estímulos sensibles.
Los treinta años de carrera de actividad musical y actoral del catalán Albert Pla más lo sólido de la propuesta sostienen un espectáculo unipersonal o monólogo. El artista escribió y compuso canciones para películas de Pedro Almodóvar y Álex de la Iglesia, participó en varios largometrajes como actor y si bien su primera obra se remonta a 1989 (Ho sent molt) desarrolló un posible género con espíritu multimedia desde su Canciones de amor y drogas (2003) hasta Guerra (2015).
Un género de universos singulares que siguen produciéndose en los escenarios teatrales del mundo, conciertos teatrales o teatro música y multimedia como ocurre con "Mamá Punk" antiópera homanaje a Nina Hagen, una dirección de Karina K y protagonizada por Cynthia Manzi. Este espectáculo se reestrenará el 14 de abril en el teatro Ludé junto a un equipo de artistas que incluye a Tino Tinto en la asistencia de dirección. Tanto en el que se presenta desde España hasta un producto nacional se puede apreciar que es un formato que sacude al espectador por su impacto visual profundo, lo entretiene y lo hace tomar conciencia de algunos temas.
La dirección de MIEDO es de Pepe Miravete, el autor es el mismo Albert Pla y el diseño de arte está concebido por Mondongo, grupo de artistas que desde el 2013 pisa fuerte con sus instalaciones artísticas en varios puntos internacionales, al mando de Juliana Laffitte y Manuel Mendanha que enmarcan profundamente este MIEDO que no se pueden perder hasta el 11 de Marzo 2018 en el teatro Regio. Un viaje íntimo y personal, desde la infancia hasta más allá de la sepultura, por las sensaciones, las emociones y los sentimientos que produce ese fantasma que vive en nuestra mente alimentado por nuestros pensamientos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario