miércoles, agosto 15, 2018

TEATRO | BLUM, la fortuna es una tómbola de luz y de color


Por Darío Cortés.

Humberto Tortonese se destaca en un protagónico que lo muestra en una faceta interpretativa distinta,  acompañado por un brillante elenco conformado por acertados artistas junto a la concepción colorida y musical de la obra bajo la dirección de Mariano Dossena, que sabe mover los hilos de un claroscuro que va desde la comedia a lo emotivo y así logra un espectáculo ecléctico y luminoso.




“Sola, fané, descangallada la vi esta madrugada salir de un cabaret,
Flaca, teñida y coquequeteado…  
Quedé chiflado por su belleza,
pensar que me tuvo de rodillas.
Ese encuentro me hizo tan mal,
Que esta noche me emborracho, me mamo bien, pa´no pensar”
Esta noche me emborracho (Tango) de E.S. Discépolo.


Enrique Santos Discépolo vivió solamente 50 años. Quedaron de él, sin dudas, las frases desgajadas de su agudo verbo: “A la honradez la dan por moneditas” y más de un inmortal tango: Secreto, Malevaje, Qué vachaché, Yira, yira, Que sapa señor, Cambalache, Sueño de juventud, Justo el 31, Chorra, Soy un arlequín, Confesión, Canción desesperada, Cafetín de Buenos Aires, Esta noche me emborracho, Alma de bandoneón, Infamia, Uno, El choclo, etc. Una letra más maravillosa que otra. Se dice que Discepolín no alcanzo la fama mundial que tuvieron Gardel ni Piazzolla porque no interpretaba sus creaciones, apenas algunas. Y porque partió de este mundo aún joven, como si el tiempo no le hubiera alcanzado para poder expandir sus creaciones.

Desde el inconsciente colectivo y en situaciones difíciles, el porteño se acuerda de él.  Discepolín da letra, ayuda a nominar las cosas con humor amargo, sin perder nunca de vista la dimensión grotesca de la vida. De vez en cuando las señales del cable pasan algunas de sus películas. Es un placer verlo actuar, delgadísimo, con su gran nariz, hiperactivo, desbordado y se diría ahora como de aspecto estresado…  como el mismo personaje de Blum en la piel de Tortonese.  La verdad es que no hizo grandes filmes, pero esos rodajes tienen algo… ¿discepoliano? 

Si bien la vida pública de Discépolo pasó por diferentes momentos –cuando se metió de lleno en el cine dejó un poco de lado el tango, así como anteriormente la canción porteña le había robado horas a la actuación–, se las arregló para marcar con su estilo todo lo que hizo. Tal vez por la influencia de su hermano Armando Discépolo, director teatral y dramaturgo, creador del grotesco criollo es quien, al morir sus padres, lo introdujo en el teatro. Así es como queda registro de su etapa de actor en obras como Mateo  (1937) o como dramaturgo en la obra  Blum y esto da cuenta de que el teatro –además del tango- lo ayudó a sublimar muchos fantasmas.

Estrenada originalmente en 1949 en el Teatro Presidente Alvear por la propia compañía de Enrique Santos Discépolo (en su última actuación, ya que murió dos años después), Blum escrita por el mismo y Jorge Porter aborda temas como la soledad del poder, el amor por conveniencia, el sentido de la vida y otros tópicos que desde aquella época hasta hoy siguen vigentes.

Blum se convirtió en película y fue estrenada en 1970. Dirigida por Julio Porter , protagonizada por Darío Vittori, Nélida Lobato, Enzo Viena y Maurice Jouvet.

En la versión teatral que se puede ver en esta corta temporada en el teatro Regio del Complejo teatral de Buenos Aires estamos ante una nueva visión de ese espectáculo, bajo el prisma de un director que demostró a través de sus direcciones como Poeta en Nueva York de Federico García Lorca, Los invertidos de José González Castillo y  El tiempo y los Conway de J. B. Priestley  entre otras obras que puede moverse entre lo clásico, lo realista, lo moderno y que puede acercarse a los tiempos que proponen las obras para jugar con lo temporal, rescatar lo “vintage” en el mejor sentido y redescubrir la esencia de historias que pueden habar de otra época pero tienen algo para decir también hoy.

La trama habla de un señor empresario a cargo de mucho personal,  hombre dueño de negocios y una importante fundación, él tiene todo (o casi todo)  hasta que percibe que su vida no es perfecta ni completa. Humberto Tortonese desempeña este rol en una obra que fue pensada para un capo cómico y el personaje le queda más que cómodo, realizando una composición sólida y moldeada por su propia impronta, también.

El espectáculo está dividido en dos actos. El primero que sirve para presentar a este conflictuado hombre-jefe y a los personajes que forman parte de su cortejo. Se crea un ambiente de comedia de puertas (curiosamente sin puertas físicas). Los personajes entran, se estresan y salen. Cada situación está al borde del colapso y del caos, afuera de las oficinas -en las calles - las huelgas están a punto de estallar, la fundación reclama sus aportes y en varios momentos, los diálogos se preguntan: ¿Qué es ser rico? ¿Qué es ser pobre? El confiable empleado Pereyra (papel interpretado por Eliseo Barrionuevo, un partenaire fiel que no suelta a Blum ni con la mirada, que le aporta luz y matices a cada momento de la obra y acompaña al protagonista destacándose desde el acompañamiento sostenido y jugando muy bien dentro del territorio de una comedia blanca y clásica). Otra interprete destacable del elenco es la brillante performance de Milagros Almeida que además de componer a una de las “Diamonds” (y poner en jake al poderoso que cae en deseo) juega varios personajes con especial histrionismo y se la ve cómoda en cada rol distinto entre sí. Canta, baila, brilla y juega los ritmos que pide la comedia y los variados personajes que desdobla y afirma sus pasos de largo tiempo en los escenarios. Lo mismo ocurre con Maria Rosa Frega y Alejandra Perlusky. Los personajes están signados por entrar, intervenir con Blum, modificarlo y salir de escena y en eso ambas saben destacarse y transformar  la escena.

Dossena crea una comedia blanca con zonas introspectivas, por momentos hay una recreación de los géneros del music hall y el drama, así como del grotesco y también la obra dentro del juego que habilita una comedia se permite ser una farsa misma de estos propios géneros, de los clichés, de lo cursi y de los lugares comunes, es decir no los solemniza, juega con ellos y los explota. La obra se ríe de los poderosos, no de los más débiles y eso es meritorio. Destaca las carencias y virtudes de todos los personajes, sean de la clase social que sean y pone en el tablero el dilema ese que plantea  que el amor y el dinero mueven el mundo, pero no como un tópico sino como una gran verdad. 

Ingenio, poesía y un humor popular y mordaz son los principales condimentos en Blum, una comedia con gran ritmo, algunas intervenciones musicales de los años cincuenta, que conforma un friso en el que conviven el mundo de las finanzas, el show, los juegos de poder, el amor o encandilamiento, la oficina, el hogar y también sugiere que todo vuelve a ser lo que es, como un reloj, pero que siempre puede haber algo o alguien que nos atraviesa y nos modifica.


CRÉDITOS
Autores: Enrique Santos Discépolo y Julio Porter
Adaptación y dirección: Mariano Dossena
Elenco
Humberto Tortonese, María Inés Sancerni, Magalí Sánchez Alleno, Alejandra Perlusky, Eliseo Barrionuevo, Daniel Toppino, María Rosa Frega, Milagros Almeida, José Tambutti, Federico Justo
Entrenamiento vocal : Nancy Ocampo
Iluminación: Claudio Del Bianco
Vestuario : Mini Zuccheri
Coreografía : Mecha Fernández
Escenografía : Nicolás Nanni
Música: Gabriel Senanes

FUNCIONES
Jueves a sábados, 20.30 hs., Domingos, 20 hs.
DURACIÓN: 100 minutos
Teatro Regio. Av. Córdoba 6056. (011) 4772-3350


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