sábado, julio 20, 2019

TEATRO | CAMARERA, la amarga y dulce realidad de muchas mujeres




























por Darío Cortés.

Es una destacada obra de teatro musical que lleva en cartel tres temporadas en Broadway y por primera vez se presenta en español en el MetropolitanSura de Buenos Aires, desde abril con éxito en público y crítica. Basada en la película de culto de Adrienne Shelly, ganadora de los Premios Sundance. Guion del musical de Jessie Nelson, Camarera  con letra y música de Sara Bareilles y un equipo creativo femenino admirable tanto en Broadway como en Buenos Aires. La obra también fue presentada en el West End de Londres y nominada a los Premios Tony.


Confieso mi prejuicio con el teatro musical, confieso que ese prejuicio está siendo derrumbado como un estallido, cuando veo obras de teatro musical que me sorprenden, cambian mi opinión y proponen una dramaturgia tejida con genialidad entre la música, los textos bien construidos, la coreografía y las letras de las canciones, creando un todo coherente que se inscribe en un género específico del teatro: el Teatro musical. No "la comedia musical", como erróneamente se dice. Es Teatro musical. Y de calidad.

Conocí Weitress the musical por casualidad, cuando pasé un día en Nueva York por un retraso en un vuelo que hizo escala allí. “Sara Bareilles vuelve a interpretar a Gina” decía el titular de un periódico abandonado en el rincón de un Dunkin Donuts. No sabía nada de la obra y fui sin saber. Bareilles es una solista extraña, intima, diferente, que descubrí de casualidad con su hit “Gravity”. En sus canciones aborda las relaciones complejas, irresistibles o inevitables, una obsesión frecuente en la cantante y compositora que sintoniza perfecto con la temática de Camarera - Waitress - The musical. La devenida buena actriz daba unas pocas funciones  junto a Jason Mraz (en el personaje del Doctor), otro cantante devenido un gran actor que conozco poco pero podría escuchar mil veces su hit “I´m yours”. Quedé fascinado por la frescura de esas interpretaciones y del riesgo que asumieron siendo cantantes relativamente conocidos y que interpretaron con verdad esos dos extraños personajes.

Me pareció admirable la adaptación al teatro de una película independiente en una producción pequeña para un teatro íntimo de Broadway. La mezcla de peli indie con música de Bareilles llevado al  teatro musical sonaba bien pero raro y así es la obra, por momentos es despareja como pieza de teatro musical, se nota que es una adaptación de una adaptación con una música y letra hermosa y profunda como se puede apreciar tan solo en una canción: “She used to be mine” (“Solía ser mía”). Por esta mezcla de géneros y formatos ensamblados, la obra crea grietas en su dramaturgia general y propuesta. Aun así me pareció un espectáculo irresistible, excelente, llevado a cabo por mujeres virtuosas. Como el musical está relacionado con la comida, por primera vez entendí esas críticas analogadas a los alimentos que suelen decirse para espectáculos, como: “deliciosa” , “encantadora”, “empalagosa” por momentos y “amarga” en otros, pero “fuerte” y “potente”, todos adjetivos “comestibles” que le calzan perfecto a Camarera. Recomendable aquella versión de Broadway donde bailan hasta los pasteles en la escenografía y se puede ver de fondo una ruta típica americana.

También recomendable es la versión argentina de un género tan norteamericano que cuando se hace bien acá es celebrable.

La nueva ola de musicales estrenados últimamente en Buenos Aires son de una autentica calidad, producen un impacto emocional en el espectador y consolidan el género que estaba últimamente en intermitencia (pocos estrenos de musicales o aislados). En una de las capitales del teatro que supo acoger a grandes producciones y hoy las grandes producciones en musical son pocas pero el género sigue vigente y brilla con nuevas propuestas a prueba de malos tiempos para el bolsillo y una cartelera teatral en números rojos. Hoy en Buenos Aires las propuestas musicales están inclinadas al West u Off y sobre todo a la creatividad o al contenido y no tanto a la “espectacularidad”, tan característico del musical. Hablo de los destacados estrenos de Una vez en la vida, Cabaret  y por supuesto Camarera, entre otros 50 estrenos y 33 reposiciones de obras de teatro musical en 2019. Nada insignificante para el teatro argentino.

Camarera focaliza en un universo que tiene en primer plano diversas cuestiones relacionadas al género femenino y a la mujer en particular.  La historia de cada uno de los personajes femeninos amplía su vínculo “sororo” con otras mujeres, entre el escenario y entre el público. Es una delicada unión que se puede sentir como espectador. Uno observa y aprende de las mujeres que hoy se animan a cantar, gritar o bailar sus historias, como lo hace Gina.

La versión argentina es protagonizada por una descollante Josefina Scaglione en una de sus mejores actuaciones hasta ahora. Los estados emocionales logrados con acierto, las coreografías con harina, pastelería, palos de amasar, jarras de café, visitas al ginecólogo, escenas de violencia de genero incluidas, monólogos o canciones que la dejan “sola” en el escenario al desnudo y que la plantan como una interprete sólida y digna de más de un reconocimiento de los que ya obtuvo, como ser la primera argentina en protagonizar un musical en Broadway: West SideStory -  Amor sin barreras en 2009, en un rol que le valió una nominación a los Premios Tony. Felipe Colombo interpreta a Edu, el marido abusivo y maltratador que no sabe o no le han enseñado a tratar a mujer. Funciona bien en su interpretación componiendo el arquetipo machirulo y como un partenaire correcto para Scaglione.  Mención aparte merecen las interpretaciones de Natalia Cociuffo, Maida Andrenacci y el entrañable trabajo de Mario Pasik. Cociuffo compone a Betty (con emocionante solidez de actriz que transita el musical y el teatro de texto fácilmente), la compañera de trabajo de Gina, su principal confidente y consejera que se permite seducir a todos, a todas y acostarse con el jefe del bar, Charly (Christian Alladio) tan rockero y aventurero como ella. Emociona  componiendo a Betty con su canción: “No lo planee” o cuando menciona "que su marido está postrado en una cama, ella es joven aun,  la vida es corta y hay que gozar". Por otra parte se presenta Dany, la otra compañera de Gina, interpretada con histrionismo y comicidad por la actriz Maida Andrenacci, componiendo sorprendentemente a un mujer frágil y fóbica que está esperando compartir su vida monótona llena de gustos geeks o frickys y extravagancias varias con un compañero que la trate bien y la comprenda. Hasta que le declara su amor al extraño cliente interpretado por el virtuoso y talentoso Roberto Peloni (Oski). En la obra Gina es la protagonista, pero también ese triángulo fémino con sus compañeras puede interpretarse como Gina y sus otras dos personalidades, la que se frena o teme a todo y la que no le teme a nada y le pone el pecho a la vida.  El resto del elenco se compone por Flavia Pereda, Flor D´elia, Magalí Sanchez Alleno, Diego Bros y Federico Llambi.

Gina queda embarazada de Edu y aquí comienza el principal conflicto, es el momento en donde surge una inesperada historia de amor con su ginecólogo (Guido Balzaretti) que se enamora tanto de Gina como de sus irresistibles tortas y postres (habilidad y profesión que heredó de su madre).

Al aparecer su madre muerta en escena con Gina embarazada, vuelve a representarse un triángulo puramente femenino y entrañable que crea más de un momento emotivo.

La sorpresa es el desenlace de la historia y el trabajo pequeño y gigante que compone el experimentado actor Mario Pasik, acompañando entrañablemente la transformación final del personaje de Gina y dejando atrás su propio personaje tópico de viejo cascarrabias, interpretando con solidez y sutileza a un hombre solitario o jubilado que solamente parece ver la vida pasar y disfrutar de los postres de Gina. La protagonista transforma la vida de él y de muchos, sin darse cuenta que está transformando incluso su propia vida optando por un camino sano. Lo más hermoso del personaje, tan adorable en la obra como en la película, es que no es pretencioso, es un personaje chiquito (e inmenso) y cotidiano. El universo de una mujer que trabaja en un bar de pueblo o carretera, como tantas otras y no puede salir de su matrimonio tóxico, abusivo y violento, como tantas otras.

Vayan a verla todes.
Hay sesiones karaoke.
ÚLTIMAS SEMANAS EN CARTEL.

Una destacada mención merece la dirección musical de la obra llevada a cabo por Mariana Zayas, producción general Julieta Kalik, la coreografía por Nina Iraolagoitia, dirección de arte: Tato Fernández, vestuario: Vanesa Abramovich, diseño de luces: Juan García Dorato y un notable trato por el equipo de We Prensa & Difusión: Alejandro Andolfi y More López Blanco.

Las siempre logradas fotografías son de Gabriel Machado.


FUNCIONES:
MIÉRCOLES 20.30 HORAS
DE JUEVES A SÁBADOS 19.45 HORAS
DOMINGOS 18.00 HORAS
LOCALIDADES DESDE  $600

TEATRO METROPOLITAN SURA
Av. Corrientes 1343 – CABA



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