miércoles, enero 23, 2019

EXPO LGTBIQ | BCN | Lorenza Böttner : réquiem por la norma ¿Qué es lo “normal”?


Por Darío Cortés.

Hasta el 3 de febrero, La Virreina Centre de la Imatge, en Barcelona, presenta la exposición (con entrada gratuita): “Réquiem por la norma”. Es la primera muestra monográfica internacional dedicada a la artista chileno-alemana Lorenza BÖttner, que buscó en el arte una forma de construirse un cuerpo político y vital y de reivindicar su derecho a existir libremente frente a la opresión y a la institucionalización a la que se somete a los cuerpos transgénero y con diversidad funcional. La exposición comienza en la ciudad de Barcelona y llegará a más ciudades.

Una imperdible exposición se presenta en la Rambla de Barcelona, la muestra es imperdible por donde se la mire, pero tiene tres espacios claves en el recorrido propuesto: por un lado el génesis de la artistas cuando era un niño atormentado por sus diagnósticos médicos que lo “incapacitan” a realizar actividades. En segundo lugar la etapa de exploración en el centro Böttner de Alemania y por último el sector que comienza por las fotos que realizó para Tom Mapplethorpe en New York y que continúa con la máxima explosión artística de la realizadora incluido un mural autorretrato realizado con sus pies. La muestra está llena de vida y de protesta ya desde la entrada a través de los textos que acompañan cada salón con frases como : “¿En qué marco de representación puede un cuerpo hacerse visible como humano? ¿Quién tiene el derecho a representar? ¿Quién es representado? ¿Puede una imagen conceder o denegar agencia política a un cuerpo? ¿Cómo puede un cuerpo construir una imagen para convertirse en sujeto político? ¿Hay alguna diferencia estética entre una imagen hecha con la mano y una hecha con el pie, o bien esa diferencia traduce una posición de poder?" Muchas de estas preguntas son o bien respondidas en el impacto emocional que produce ver sus trabajos o bien crean nuevas preguntas acerca de la mayor de todas: “¿Qué es lo normal?”. Para disfrutar profundamente esta exposición es necesario conocer algo de la historia de vida de Lorenza.

La trayectoria de Lorenza Böttner (Punta Arenas, Chile, 1959 – Múnich, Alemania, 1994) representa una de las críticas más agudas a los procesos de discapacitación, desexualización, internación e invisibilización a los que son sometidos los cuerpos con diversidad funcional y los cuerpos transgénero. Mediante la fotografía, la pintura y la performance (también definida por la artista como “danza pintura”), la obra de esta artista que pintaba con los pies y la boca constituye un himno a la disidencia corporal y de género.

Nacida como Ernst Lorenz Böttner en el seno de una familia alemana en 1959 en Chile, sufrió un accidente a los ocho años donde perdió ambos brazos. Rechazó usar prótesis, pero desarrolló un gran interés por el ballet clásico, el jazz y el tap. Educado en Alemania, Lorenz fue institucionalizado junto a los llamados ‘niños del Contergan’ -nacidos con deformaciones en sus miembros a causa de los efectos secundarios de este somnífero en el feto- y tratado como ‘discapacitado’. Frente al diagnóstico médico y a las expectativas sociales, Lorenz decidió estudiar en la Escuela Superior de Arte de Kassel, y comenzó a pintar y a hacer performances públicas encarnando una identidad femenina bajo el nombre de Lorenza Böttner. En los años ochenta participó activamente en la Disabled Artists Network con Sandra Aronson y defendió la existencia de una genealogía de artistas sin manos que trabajaban con la boca y los pies.


Lorenza Böttner transformó la práctica de la pintura en el arte de la performance, haciendo de las calles un escenario para la politización de la diferencia corporal. Sin embargo, su trabajo subvierte esta tradición de pintura pública hecha con los pies y la boca, tanto a través de los temas representados (autorretratos, como el de una trans sin brazos amamantando a un bebé, escenas de brutalidad policial, etc.) como mediante el empleo de un lenguaje más conceptual, informado por el performance contemporáneo. Así, por ejemplo, en su intervención "Venus de Milo" (interpretado por primera vez en Kassel, luego llevado a Nueva York y San Francisco), el cuerpo transgénero disidente se convierte en una escultura política viva, en un manifiesto escultórico sin brazos. Superando tanto la posición narcisista masculina de la dripping painting como la tradición feminista del performance público, Lorenza pintaba mientras bailaba sobre un pedazo de papel o en un lienzo puesto en la calle, reclamando el derecho de existir y de crear en un cuerpo transgénero sin brazos.

“Ignorada hasta ahora por la historiografía dominante del arte, su obra aparece hoy como una contribución indispensable a la crítica de la normalización del cuerpo y del género a finales del siglo XX”, escribe en su ensayo Paul B. Preciado, curador de la muestra, en la que se reúnen más de cien obras. “Ejercicios de resistencia a la mirada médica y exotizante que reduce el cuerpo con diversidad funcional o trans al estatus de espécimen y de objeto, sus trabajos se caracterizan por el uso de la autoficción, la imitación disidente de los estilos visuales de la historia del arte, la experimentación corporal y la crítica de la distancia disciplinaria entre los géneros —entre pintura y danza, entre performance y fotografía, pero también entre masculino y femenino, entre objeto y sujeto, entre activo y pasivo, entre válido e inválido”.

El escritor chileno Pedro Lemebel dijo que la performance de Lorenza acerca de Venus de Milo: "su trabajo amortigua el hachazo de los hombros y traviste la evidencia mutilada en cirugía helénica. Lo interesante es la destrucción de la escultura como ortopedia social normalizante" según  comenta Preciado en su ensayo.

La exposición, una coproducción con el Württembergischer Kunstverein Stuttgart, arranca en La Virreina Centre de la Imatge por la importancia que Barcelona tuvo en la vida de la artista. Lorenza Böttner se mudó a la ciudad en los años ochenta, donde estableció vínculos con muchos de los artistas locales y se convirtió en Petra, la mascota de los Juegos Paralímpicos diseñada por Mariscal. Después de haber viajado intensamente por Europa y América dibujando y haciendo performances, Lorenza murió en 1994, con 33 años, por complicaciones relacionadas con el Sida.

Tras una primera pequeña muestra de su trabajo en la Documenta 14 de Kassel, esta exposición es la más completa realizada hasta ahora sobre la obra de Lorenza Böttner, un manifiesto irreverente, revolucionario, disidente y vitalista por los derechos de las personas transgénero y con diversidad funcional, así como un viaje a la obra singular de una artista única del siglo XX.



LORENZA BÖTTNER: “RÉQUIEM POR LA NORMA”
Hasta el 03/02/2019
Centro de la Imatge
La Rambla, 99, Barcelona.
Horario: de martes a domingos de 11 a 20hs
Entrada gratuita.



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