Por Darío Cortés.
Es la serie dramática estreno de HBO.
Atrapa por el alto grado de oscuridad y misterio en el que se mueven los
personajes de un pueblo salvaje y violento. Es un drama familiar que alterna
con el género policial. Es un relato de violencia de género dentro de
otro, como un juego perverso de
muñecas rusas. Los 8 capítulos de la primera temporada son imperdibles, una de las
mejores actuaciones de Amy Adams y posiblemente la mejor dirección de Jean-Marc
Valleé.
El título,
inquietante: “objetos cortantes “, “objetos punzantes” o “heridas abiertas”
como lo titularon para España. Es indudablemente un relato sobre los viejos
traumas que dejan heridas, no tienen una cura aparente en el presente y vuelven como fantasmas. La nueva serie de HBO atrapa y
sorprende por su oscuridad dolorosa intrínseca en el relato. La violencia es demasiada pero hechizante, se instala la idea de querer saber más. La serie interpela al espectador de una forma distinta: lo incomoda, lo coloca en una experiencia corrosiva alternando entre dos géneros:
el drama familiar y el policial, que está siempre presente a traves de los personajes de los sheriff de turno que no se sabe si es mejor
recurrir a ellos ante una emergencia o mejor que no se asomen de la comisaria.
Un tema
aparte es el excelente y logrado trabajo actoral de Amy Adams. Parece increíble que una actriz que saltó a la fama por
su papel en un auténtico producto Disney (“Encantada”) se haya vuelto la actriz
dramática del momento y lo demostró en varias ocasiones en cine (“La duda”
batiéndose a duelo con una colosal Meryl Streep, “Animales nocturnos”
desplegando su potencial en un thriller psicológico mano a mano con Jake Gyllenhaal
y en “Escándalo americano” junto a un bestial Christian Bale). Adams llegó a la
pantalla chica para confirmar que su performance (no importa el formato)
transforma al espectador y lo cautiva. En este caso compone a una periodista (Camille
Parker) a quien encomiendan hacer una noticia sobre la muerte de dos niñas y
como es su pueblo natal, ¿Quién mejor para informar sobre el caso? Una vez
sumergidos en el extraño pueblo de origen de Parker, descubrimos que se muestra
tensa y exhausta al llegar a la casa victoriana familiar, porque le recuerda a su hermana, también asesinada. Además se presenta una madre aplastante
y patológica (Patricia Clarkson no
puede componer a un ser más espeluznante) que está a la par de Norma Bates
(de “Bates Motel”) y una hermana menor
que vive su adolescencia al borde del peligro constantemente.
Camille, a medida que avanza en sus pesquisas, se
introduce en una trama en la que su pasado se funde con lo que está ocurriendo
con las recientemente asesinadas.
Tal vez y
con el antecedente de su serie anterior (“Big Little Lies”) Jean-Marc Valleé deja y dejará una
huella acerca de cómo plasmar en ficciones de televisión de calidad un delicado
y actual tema que es la cantidad de muertes abrumantes, con casos y datos escalofriantes de
mujeres, que están ocurriendo en el mundo por violencia de género. Así
como impresiona ver el tema de cerca y sin vueltas en la serie, el objetivo del director pareciera ser que el
espectador se sumerja tanto en la historia de manera que las muertes impacten,
impresionen, se tome verdadera conciencia y se sientan cercanas. Los planos cerrados, propios del drama, los flashbacks, el excelente montaje, la músicalización, los títulos iniciales, las imágenes de las alucinaciones, que son como un rayo en la pantalla y la obsesión por enfocar determinados objetos mientras suceden escenas importantes, crean un trabajo de dirección al detalle.
Lo
destacable de esta propuesta televisiva es que su argumento se vuelve la
columna vertebral que sostiene la serie. Hay una vuelta al equipo de guionistas,
al trabajo en grupo para idear tramas complejas e innovadoras con elementos
que ya se vieron muchas veces. El excelente plantel de autores que reunió la
producción de HBO y el director de la serie es el correcto para contar esta
historia. No ocurre aquí como en otras series nuevas que son suceso, en las
cuales los golpes de efecto o impacto sin un sustento dramático están a la
orden del día. En 8 capítulos (la serie finalizó el domingo pasado) concentra
un entramado de historias y géneros cruzados con el sostén principal de una
actriz que no deja de sorprender y de entregarse al personaje por completo. Expone su cuerpo herido (literal), como pocas
veces se la vio, las expresiones y su aspecto descuidado asombran. Los excesos
y su recurrente escape hacia al alcohol evocan el mundo íntimo de los
personajes de Bukowski y en medio de eso la escritura y la crónica del espanto.
Lo brillante en la tarea que tiene como objetivo la protagonista es que
resolviendo una vieja historia del pasado podría recién ver con claridad el
drama que le toca informar en el periódico donde trabaja.
El último
capitulo es impactante y deja un tajo en la retina, es una cuchillada, una
herida abierta sobre otra que no cicatrizó. Termina de forma inquietante y sorprendente. Es una serie bella visualmente sobre un planteo
de fondo espantoso. Es una gran
obra de arte dramática que demuestra que la era de oro de las series en que el
espectador elige cuando y cómo verlas, recién comienza.
Y por último
no está mal que una buena serie termine definitivamente en su primera temporada.
Es casi imposible no quedarse
esperando más después del shockeante final de Sharp objects, pero lamentablemente, esas ganas nunca se verán
satisfechas. La creadora de la serie, Marti Noxon, ya adelantó que ni se está
hablando de la posibilidad de darle a la serie una segunda temporada, algo casi
impensado para los tiempos que corren.
Lo que
sucede es que la novela (escrita por Gillian Flynn) en la que se basa la serie termina en el mismo punto, por lo que ya no hay más material original para
avanzar con la historia. Sin embargo, esto no detuvo a algunos de los éxitos
más resonantes del año pasado a seguir adelante.
“The
handmaid's tale”, “The sinner” y “Big little lies” estaban en la misma
situación. Las tres fueron producciones basadas en libros, y las tres agotaron
el material original en la primera temporada. Considerando el éxito que
tuvieron, tanto Hulu como USA Network y HBO decidieron seguir con las historias
más allá de los libros.
Hablaremos
en este blog sobre estas series antes mencionadas. Lo importante es rescatar que hay
un sentido en esta nueva forma de plantear los finales de las series, un símbolo de coherencia con la historia o con el libro original. En el caso de Sharp objects se profundiza hacia el final en una herida que
sigue sangrando, ahí termina este relato, donde se vuelve a abrir esa honda herida del pasado.
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