Por Adrián Melo.
Quien quedó en la memoria colectiva como el primer
desaparecido fue a su vez narrado por un puto y peronista: Pedro Barraza. El
periodista Pablo Waisberg recupera esa historia con la publicación de “Operación
Vallese. Barraza, el hombre detrás de la historia”
En La homosexualidad en Argentina, Carlos
Jáuregui afirma que, según testimonio de uno de los integrantes de la CONADEP,
habrían existido por lo menos cuatrocientos homosexuales engrosando la dolorosa
lista de desaparecidos. Si bien no existió una persecución sistemática basada
en el género o la elección sexual, es difícil deslindar en el terrorismo de
Estado argentino los muertos a causa de su condición sexual. En todo caso es
casi seguro que los hubo y es posible afirmar que muchos de ellos habrán sido
particularmente insultados y humillados por ser gays, lesbianas o travestis.
Por ello y como
amorosa contribución a la memoria LGTBIQ es valioso el rescate que propone
Pablo Waisberg de la figura de Pedro Barraza, el activista y trabajador de
prensa que en su época investigó y denunció a los responsables del crimen de
Felipe Vallese, sin duda mártir icónico de la liturgia peronista. Operación Vallese. Barraza, el hombre detrás
de la historia empieza no inocentemente con una escena trágica: los cuerpos
de Pedro Leopoldo Barraza de treinta y seis años y de su novio Carlos Ernesto
Laham, de 20 años, alevosamente acribillados por alrededor de un centenar de balas
en un predio municipal de Villa Soldati el 13 de octubre de 1974. A los pocos
días, la Triple A se responsabiliza del crimen amparándose en la defensa de la Patria y del Hogar. El
salvajismo de los criminales da cuenta del doble escarmiento de los amantes por
ser “bolches”y por ser homosexuales.
“Pedro y Carlos
hubieran querido morir abrazados pero no pudieron elegir”, se apresura a escribir
Waisberg y entonces se lanza a una biografía centrada en Barraza, en su
militancia política radical y su conversión como muchos de los jóvenes de la
época a la Resistencia peronista y al peronismo. A partir de 1963 Barraza
comienza a publicar en diversas publicaciones activistas la historia de Felipe
Vallese, el obrero metalúrgico y dirigente de la Juventud Peronista
secuestrado, torturado y luego desaparecido, inaugurando una modalidad que se
haría sistemática a partir de marzo de 1976.
Uno de los valores
del breve libro es que, sin duda, en un mismo gesto, Waisberg reivindica la
militancia política y el valeroso hecho de vivir como gay durante esos años; recupera para la historia los documentos de
denuncia del caso Vallese, a la vez que restaura la biografía de Pedro Barraza
y de su historia de amor con Carlos Laham sentando sin duda un precedente que
puede ser pionero para poder contar otras historias silenciadas LGTBIQ de
aquellos años.
Pablo Waisberg, Operación Vallese. Barraza, el hombre detrás
de la historia, Colectivo de Trabajadores de Prensa, Ciudad de Buenos
Aires, 2018